Construir sobre una base sólida

 

¿Por qué son tan importantes los cimientos de una casa? ¿Qué diferencia hay en construir una casa  sobre la arena o la tierra? ¿A quién le afecta si la base está nivelada, lisa o sin fisuras?

 

Importa mucho, sobre que se construye una casa, cómo se construye y con qué se construye.

 

Es importante, porque si cualquiera de los materiales utilizados para los cimientos son incorrectos,  la casa se derrumbará. La integridad de la base, le da al resto de la casa fuerza, soporte y la mejor estructura para sobrevivir a las tormentas.

 

¿Alguna vez has visto una casa inclinada, quizás hundiéndose de un lado en el suelo?,  ¿Alguna vez has visto el trabajo que implica, la reparación de las grietas de los cimientos y las fugas asociadas con las grietas?

 

 Al principio,  cuando las grietas comienzan en los cimientos, las señales son difíciles de ver,  pero luego, a medida que pasa el tiempo, surgen otros problemas en el hogar. Grietas en paredes, goteras, puertas que no cierran o no abren. Siempre las pequeñas grietas en los cimientos,  causan grandes problemas.

 

Si las reparaciones de cimientos son bastante difíciles, hechas con los materiales óptimos, ya puedes imaginarte los desafíos para un propietario cuya casa se construyó con materiales inadecuados. Los cimientos mal colocados, sin importar la causa, son costosos y no durarán.

 

Lo mismo ocurre con la base de nuestras vidas. Cada vida está construida sobre una base. La base está puesta por nuestras mayores influencias.  A medida que crecemos, si los cimientos no se construyen con materiales hechos para soportar las tormentas de la vida, nuestras vidas mostrarán los síntomas de un cimiento agrietado.

 

Pablo recalca tres puntos críticos que debemos tener en cuenta al caminar por esta vida.

 

En 1 Corintios 3, aborda el tema de los cimientos sólidos con la iglesia. El primero, y creo que el punto más crítico de esta enseñanza para la iglesia de Corinto y para nosotros es:

 

Jesucristo es EL FUNDAMENTO. 

 

1 Cor 3:11  “Porque nadie puede poner otro fundamento que el que está puesto, el cual es Jesucristo”. 

 

La instrucción de Pablo nos plantea una pregunta. ¿De qué está hecha la base de nuestras vidas? ¿Sobre quién y sobre qué se basa nuestra vida?

 

Creo que si somos honestos, nuestro fundamento está construido sobre algo de Jesús, pero también, sobre algunas otras cosas. Algunas creencias, formas de vida y mentalidades transmitidas, de generaciones anteriores, hasta nosotros, y algunas otras enseñanzas que hemos recogido en el camino que no se basan en Jesús.

 

¿Cómo sabemos si nuestro fundamento está construido sobre algo más que Jesús? Es una pregunta difícil porque implica fungir como nuestro propio consejero o doctor, así que como para todas las situaciones difíciles de la vida la respuesta es la oración. 

 

Orar y Preguntar,  pedir con un corazón rendido a Dios que nos revele a través del Espíritu Santo si hay cimientos que se hayan puesto en nuestras vidas que no sean de Jesús. Y luego pida el valor para eliminarlos y reemplazarlos con Jesús. No es una asignación fácil, requiere voluntad y constancia, para ser nuestros propios vigilantes.

 

Pablo continúa enseñando sobre nuestra edificación en sí. La instrucción de Pablo es superior a las enseñanzas o cimientos que hemos recibido.  ¿De dónde salen las instrucciones que seguimos? ¿Qué estándares estamos siguiendo o tratando de cumplir? ¿Para quién estamos tratando de actuar?, ¿A favor de quien son nuestras acciones? ¿Jesús?, ¿el mundo?

 

En última instancia, son los mensajes que aceptamos y seguimos, los que guían la verdad de nuestras vidas. Fundamentalmente, Pablo nos está instruyendo a tener cuidado con el cómo, el qué y el por qué de vivir. La “verdad” que estamos siguiendo.

 

Esta instrucción conduce al segundo punto crítico de la enseñanza de Pablo, que es:

 

Construye tu vida con cuidado.

 

1 Cor 3:10  “Conforme a la gracia de Dios que me ha sido dada, yo como perito arquitecto puse el fundamento, y otro edifica encima; pero cada uno mire cómo sobreedifica”.

 

Pablo destaca la importancia de cómo construimos y que la construcción que hacemos debe hacerse con cuidado. El cuidado requiere que no permitamos que cualquier cosa influya en nuestras vidas. El cuidado requiere que tengamos un filtro. El filtro del Espíritu Santo, conscientes de la calidad del material que usamos para construir.

 

Luego, Pablo nos  ilumina en lo importante del asunto,  la sustancia, que es:  Qué o para quiénes, estamos viviendo. 

La esencia de lo que está construida nuestra vida, está hecha con los materiales que hemos elegido con nuestras decisiones, correctas o incorrectas.  Debemos elegir los materiales más selectos disponibles para nosotros, en lugar de un azulejo de pelar y pegar,  es sin duda muy difícil, pero el pelar y pegar puede parecer una solución rápida y barata, pero no durará y  tampoco dura la plenitud de una vida basada en enseñanzas y fe falsa.

 

La tercera enseñanza fundamental de este pasaje de la carta de Pablo a los Corintios es esta:

 

Una vida construida sobre cualquier otro fundamento que no sea Jesús no durará.

 

1 Corintios 3: 12-13Y si sobre este fundamento alguno edificare oro, plata, piedras preciosas, madera, heno, hojarasca, 13 la obra de cada uno se hará manifiesta; porque el día la declarará, pues por el fuego será revelada; y la obra de cada uno cuál sea, el fuego la probará.

 

Incendios, tormentas, huracanes, ventiscas, terremotos, tornados o tsunamis. Nuestro mundo está lleno de desastres naturales que apuntan a la importancia de que nuestras casas y edificios sean estructuralmente sólidos. Tener una casa o un edificio construido sobre una base sólida podría significar la diferencia entre la vida y la muerte para quienes se encuentren en el camino de la tormenta.

Vida o muerte.

 

El mismo escenario enfrentamos  para nuestra vida eterna. A medida que las tormentas de la vida soplan, son un campo de prueba para la integridad estructural de nuestras vidas. ¿Tenemos una base sólida (Jesús)? ¿Estamos viviendo de enseñanzas que están hechas de material duradero, que resistirán el fuego?

 

Todavía no he pasado por un huracán desde que vivo en Florida, aunque hay días en los que me siento emocionalmente abrumada, exhausta y como si un huracán de furia me hubiera azotado. Y puedo decirles que he tenido pruebas de  fe: el apuntalamiento de mi propio fundamento.

 

Cuando Zach, mi hermano, falleció, me sentí conmocionada pero no destruida. Mi fe fue alentada a través del proceso de su partida de esta tierra y después de haber visto la mano maestra de Dios en nuestras vidas moverse y trabajar de maneras que nunca imaginé. Tuve que tomar una decisión a través de esta prueba. Podía optar por presionar y realmente creer lo que dije que creí, durante todos los años anteriores. O podía optar por no creer.

 

Podía elegir abrazar lo que nuestro Dios eterno considero, mejor para nosotros, a pesar de mi falta de comprensión. O podía tratar de darle sentido a cada elemento, alejándome de creer que Dios tiene un mejor plan para nosotros, que se está desarrollando, y que trabaja para tomar incluso lo que está  mal o roto y usarlo para mejor.

 

Cada día tenemos una opción. Abrazar la verdad de Dios. Abrazar la base sólida. Abrazar la VERDAD. Cada día podemos elegir a quién y qué escuchamos. Podemos elegir lo que permitimos que se infiltre e influya en nuestros corazones, mentes y espíritus.

 

Al entrar en un nuevo año, elijamos permitir que el Espíritu Santo filtre todo lo que no es de Dios, todo lo que no es lo mejor para nosotros y todo lo que nos desviará de su verdad.

 

Sean bendecidos hoy, anímense hoy, sean transformados por el poder del Espíritu Santo que obra en ustedes.

 

¡Mis mejores deseos para el 2022!

Traducido por Carola Pérez-Vera

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