¿Cómo se fortalecen los músculos de la fe? Ejercicio?. Sí, eso es correcto. Así como levantamos peso para ganar fuerza en el cuerpo físico, el peso de las pruebas, ayuda a desarrollar fuertes músculos de fe.

 

Nadie elige pasar por tiempos difíciles. Nadie invita a las dificultades. Sin embargo, los humanos no pueden escapar del hecho de que pasarán por tiempos difíciles, tormentas en la vida, distintas pruebas, tentaciones y tribulaciones que son,  los ejercicios que nos producen los músculos de fe.

 

Santiago, guía los ojos del creyente hacia el hecho de que la prueba vendrá. Es muy enfático al respecto, cuando dice en Santiago 1:2: “Cuando vengan las pruebas”. 

 

Las tribulaciones y las tentaciones internas como externas son la prueba de la fe,  lo que provoca en nosotros una serie de respuestas:

  1. De pensamiento.
  2. De palabra, murmuración u opiniones.
  3. De acciones. Y por último y quizás lo más importante,
  4. ¿Qué nos dicen estas respuestas combinadas acerca de nuestra fe en Dios?

 

Santiago cuando nos enfatiza que “he estado allí, he hecho eso” sabiamente está animando a los creyentes en Cristo a tener GOZO. Santiago 1: 3-4 “sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia. Más tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os falte cosa alguna.”

Suena un poco contradictorio. Sin embargo, nos conduce a una reflexión reveladora.  Santiago conoce por experiencia personal, y nos enseña algunas premisas que fortalecen el corazón con ALEGRÍA a través de las pruebas.

 

  1. El sufrimiento, no es para siempre.
  2. Dios, es fiel.
  3. El resultado de las pruebas es mayor carácter, mayor fe y mayor fortaleza. 

 

Las tribulaciones forman y moldean el carácter. Las pruebas sacan a la superficie pensamientos falsos, mentiras o perspectivas deformadas que nunca quedarían expuestas en tiempos de paz.

 

Puede parecer que las pruebas suceden una tras otra, como si no hubiera interrupciones entre ellas. Este compendio de sucesivas pruebas, llevan al creyente a un mayor nivel de dependencia de Dios. 

 

Cuando la vida se pone de cabeza y no se tiene noción de como enderezarla, cuando estamos  desorientados y no sabemos en qué dirección seguir, todo lo que uno puede hacer es extender la mano y agarrarse a Dios, apretando su mano, cerrando los ojos con fuerza y rezar.

Dios, Detén el remolino. Señor, haz que las tormentas se calmen. 

 

Yo oro así algunas veces , pero la realidad es, como lo que enseña Santiago, las pruebas externas y las tentaciones internas solo tienen la capacidad para robarme la paz si yo las dejo. Yo elijo entregarle a Nuestro Señor mi mente, corazón y fe.

 

Soy una persona orientada a los resultados, me gusta saber que lo que hago hoy,  producirá un efecto para mañana. Creo que esa es una de las razones por las que me gusta el ejercicio y el levantamiento de pesas, porque veo el resultado físico del arduo trabajo realizado.

 

Como persona con mentalidad orientada al logro, me ayuda saber que las dificultades por las que paso,  están produciendo frutos del espíritu en mi corazón, y los resultados, depende de mí, de cómo yo respondo.

Cuando me quiero rendir pienso en Santiago 1:12  que dice: “Bienaventurado el varón que soporta la tentación; porque cuando haya resistido la prueba, recibirá la corona de vida, que Dios ha prometido a los que le aman”.

 

El objetivo de esta vida es recibir la Corona de la Vida. Vida eterna con Jesucristo. Una vida sin sufrimiento,  sin dolor, sin enfermedad, sin muerte, sin  pérdida y sin culpa. Una vida que tiene amor, paz, alegría, risa, canto, celebración, una vida plena y abundante en donde no falte nada.

¡Una vida con Shalom!.

 

¡Qué logro! El dolor que atravesamos termina con la bendición de la vida eterna. ¿Puedes imaginarlo? ¿Te imaginas la belleza? ¿Puedes imaginar la sensación de paz,  del completo y perfecto amor?

 

La canción de Mercy Me, “I Can Only Imagine”, pinta una hermosa imagen de lo abrumador que será experimentar la presencia de Cristo.

 

“Rodeado de tu gloria

¿Qué sentirá mi corazón?

¿Bailaré por ti Jesús?

¿O asombrado de que estés quieto?

Estaré en tu presencia

O de rodillas, ¿caeré?

¿Cantaré aleluya?

¿Podré hablar en absoluto?

Solo puedo imaginar”

 

Soñar con este momento hace que las preocupaciones se desvanezcan en el telón de fondo, de nuestras vidas.

La letra dibuja una sonrisa, generando lágrimas de gratitud y conmueve nuestros corazones para adorar a Dios creador del universo. 

 

¡Levanta tu cabeza, cansada! ¡Levanta los ojos, porque las pruebas no durarán, pero están produciendo una madurez de fe, que corona con nuestra dependencia de Dios!

Transcrito por Carola Pérez-Vera

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